domingo, 25 de febrero de 2018

Visita al Archivo Histórico Municipal de Elche


¡Un gran descubrimiento! Esta pasada semana los alumnos de 3º de ESO acompañados de sus profesores Àngela Girona, Raquel Botella, Raúl Hurtado y Luis Pueyo descubrieron algunos de los secretos y maravillas que se conservan y protegen en el Archivo Histórico Municipal. Todos quedaron sorprendidos cuando las archiveras del antiguo convento de franciscanos, actual biblioteca Pedro Ibarra, les mostraron los orígenes de La Festa, con la Consueta original del Misteri d’Elx y curiosidades sobre los fuegos artificiales, como un documento que da precisas instrucciones para que en la Nit de l’albà toda la cohetería estuviera perfectamente acompasada, casi milimétricamente.

Gran parte de nuestro maravilloso archivo histórico se lo debemos a Pere Ibarra, que como ya sabíamos fue arqueólogo, archivero y cronista oficial de Elche y se dedicó a lo largo de su vida a recopilar y encontrar verdaderas joyas que fue coleccionando en su casa para que a su muerte la ciudad creara un museo con todos sus hallazgos.
Entre muchísimas curiosidades, pudimos ver un arcón muy antiguo con tres cerraduras que solo se abría si estaban las tres llaves a la vez. Estas se entregaban a tres personas diferentes para mayor seguridad. Allí se custodiaba el archivo mayor, en dónde había documentos muy valiosos que han llegado hasta nosotros aunque otros, por desgracia, se han perdido.
Una anécdota curiosa: el traslado de nuestra Dama por primera vez desde su descubrimiento para una exposición temporal en el Parque Municipal. Vimos fotografías de aquel momento y escuchamos con gracia la anécdota de que en el trayecto los conductores se dejaron la dama sola mientras se tomaban unos bocadillos en La Roda (Albacete).
Pudimos admirar un enorme libro medieval en donde el Señor de Elche repartía tierras entre sus vasallos, incunables y pergaminos muy antiguos, libros de registro civil, con nacimientos y defunciones, los libros de Actas del Consell (Ayuntamiento) donde entre otras cosas se indicaba el precio de los productos básicos, como el pescado o el impresionante libro de la Consueta del Misteri. También nos sorprendió un documento papal (bula) con el sello de plomo original, en dónde se permitía el matrimonio de dos primos ( familiares del marino e ilustrado Jorge Juan, de la familia Santacilia, propietarios de nuestra Torre de Ressemblanch, La Torreta). También pudimos ver el libro de afilición de quintos (los que tenían que hacer la “Mili”) o un padrón del Elche decimonónico muy completo. Nuestros alumnos también descubrieron que en el Raval, en donde muchos de ellos viven, había una universidad, la “Universitat de San Joan” y que esta se refería a un ayuntamiento independiente del de Elche y no a una institución académica.
Como curiosidad, quedó patente el enorme trauma y cambio histórico que supuso la Guerra de Sucesión y los Decretos de Nueva Planta (1707) y cómo esto afectó a toda la documentación municipal que comenzó a redactarse en castellano, cuando hasta entonces lo hacía en valenciano. 

Los alumnos alucinaron con las estanterías compactas de la planta superior, que guardan en muy poco espacio gran cantidad de material y se desplazan manualmente con un sistema de rodamiento hidráulico que alguno llegó a tocar. Cuando todas las estanterías están unidas quedan a salvo del fuego o cualquier elemento que pueda deteriorar la documentación. Lo que llamó más la atención de los chavales fue lo fácil que era abrir el sistema y poder crear unos pasillos entre montones de estantes llenos de nuestra historia. En cuanto a las instalaciones también llamó su atención los planeros, armarios donde quedan a salvo planos y proyectos de gran valor histórico y documental.

Pero, al margen de albergar y conservar miles de documentos históricos, nos preguntaban nuestros alumnos para qué sirve un archivo. La respuesta era obvia: un archivo es un lugar de memoria, algo vivo, en continua transformación (no en vano se siguen recibiendo documentos, bien de la administración municipal, donaciones o depósito, como los libros de las acequias de Elche) y que nos permite crecer como personas. Por ejemplo: ¿Queremos construir el árbol genealógico de nuestra familia y conocerla mejor?. En el archivo podemos consultar los libros censales (padrones) o los libros del registro civil (nacimientos y defunciones) de los ilicitanos de hace siglos. 
Pero no quedó la cosa ahí. Las amables archiveras nos mostraron también otros tesoros que con gran mimo cuidan y clasifican para que los ilicitanos podamos tener nuestro patrimonio histórico a salvo. Postales, cartas, mapas antiguos, carteles y hasta fotografías, muchas del insigne Pedro Ibarra.
Vimos fotos de la palmera de la Virgen y también fotos antiguas de los huertos de palmeras, como la de Clifford, pero también otras relacionadas con la historia del deporte ilicitano, en concreto del Elche C.F. y su historia. Nuestros chicos, literalmente, fliparon con todo lo que vieron en el archivo histórico, un lugar imprescindible para conocer mucho mejor la historia, cultura y tradiciones de nuestra ciudad y de obligada visita para cualquier ilicitano interesado en conocer sus orígenes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario